Según el teórico norteamericano David Ausubel, es el tipo de aprendizaje en que un estudiante relaciona la información nueva con la que ya posee, reajustando y reconstruyendo ambas informaciones en este proceso. Dicho de otro modo, la estructura de los conocimientos previos condiciona los nuevos conocimientos y experiencias, y estos, a su vez, modifican y reestructuran aquellos. Este concepto y teoría están enmarcados en el marco de la psicología constructivista.
El verdadero significado y sentido de la educación preescolar debe estar encaminado hacia el desarrollo de cuatro aprendizajes fundamentales, que a su vez, deben convertirse en los pilares del conocimiento en cada uno de sus niveles. Tales aprendizajes son:
Aprender a conocer:
Consiste en que el niño y la niña deben aprender a comprender, conocer, descubrir, el mundo que les rodea, de manera que pueda vivir con dignidad en él, desarrollar sus capacidades y comunicarse con las demás personas.
Aprender a hacer:
Aprender a conocer y aprender a hacer son dos aprendizajes que van juntos, deben ser inseparables, para que proporcionen habilidades y competencias que les permitan a los niños y a las niñas, entender las diferentes situaciones y problemas cotidianos que deben afrontar individual y colectivamente. Todo ello, deben hacerlo a través de la acción, el intercambio con las demás personas y la implementación de lo aprendido
a partir de la observación y la experimentación con lo que existe y lo que sucede alrededor, los niños y las niñas ponen en juego lo que saben.
Aprender á vivir juntos:
En este sentido, la Educación Preescolar debe atender a dos grandes compromisos, que deben desarrollarse dentro de una dinámica de cooperación, tolerancia y respeto de manera que les permita crear relaciones afectivas, recreativas y significativas necesarias en su formación como ciudadanos comprometidos y competentes:
El descubrimiento del otro: para aprender sobre la diversidad humana, la toma de conciencia en cuanto a las semejanzas y diferencias entre los seres humanos y el ponerse en el lugar de los demás y comprender sus reacciones.
Los objetivos comunes: para aprender a construir juntos y vivenciar la verdadera convivencia humana.
Aprender a ser:
La función esencial de la educación es propiciar en los niños y en las niñas su libertad de pensamiento, de juicio, de sentimientos y de imaginación para que sus talentos se desarrollen poco a poco y alcancen la plenitud.
Sobra decir que estos aprendizajes no pueden limitarse a una etapa de la vida ni a un solo lugar. Es necesario extenderlo durante el transcurso de la vida en los diferentes ámbitos: escuela, familia, comunidad y sociedad.